Testimonio 1: Clóset de Vero

No creo que esto de salir del clóset sea, para mí, algo único, estable y decisivo. Salgo del clóset a veces una vez a la semana, otras una vez al mes. Algunas veces yo supongo que ya salí y me doy cuenta de que no, y entonces tengo que salir otra vez.
Pero esto de salir del clóset supone hacerlo frente a alguien que no tiene la menor necesidad de salir de un clóset y que se siente seguro, confiado y cómodo con su vida. Supone hacerlo con un antagonista, sexualmente hablando. Con alguien que está seguro de su sexualidad y de lo que es correcto y que se cree lo universal y natural, y venirle a desestabilizarle la vida con lo que uno le cuenta. Porque salir del clóset con desconocidos (y captar sus miradas morbosas), no es lo mismo que hacerlo con gente que conoces y te ama (y ver sus ojos cargados de sorpresa, pena, miedo, extrañeza, asco, repudio, dolor) y darte cuenta de que tu posición (imagen, actos, recuerdos) frente a ellos es tan vulnerable como el amor que sentían por ti.
Y uno, en esas situaciones, pone en juego su relación presente y futura con esa persona que uno supone que te ama. Y yo, por cobardía o comodidad casi nunca he puesto en juego mis relaciones, a no ser indirectamente, con ironías, bromas o mentiras. Cuando no me creen es cuando ya confirmo las cosas. Pero generalmente las persona que supongo que me quieren solo escuchan mis ironías, mis bromas o mis mentiras y no buscan profundizar más en el tema. No sospechan que en ellas exista una certeza tan grande que hasta a mí me da miedo de solo pensar que pueden profundizar en el asunto y yo me sienta vulnerable y débil otra vez frente a tratar con seriedad el susodicho tema.
Así que, como es obvio, no se lo he dicho a mi familia (pero creo que lo sospechan). Mi madre un día me lo mencionó cuando una ex amiga habló algunas cosas de mí (cosas obviamente muy lésbicas que me había visto hacer con otra amiga). Mi madre en el fondo no quería creerle (la conozco), y solo quería que yo confirme su idea. Por eso me llamó y me dijo: hija, si tú eres lo que eres yo igual te querré. No lo soy, mamá, le contesté, con mi cara roja y mi voz temblando. Gracias a Dios, dijo ella. Y yo no sé cómo pudo no darse cuenta de que mi rostro enrojecía y que mis ojos se llenaban de lágrimas. O si se dio cuenta, cómo no pudo abrazarme y decirme simplemente: ya lo sé, siempre lo he sabido, no tienes porqué avergonzarte de ello. Pero cambió de tema y no volvió a mirarme a los ojos.
Con mi hermana mayor fue más una cuestión teórica. Veíamos las noticias y salía alguna noticia sobre homosexuales y entonces yo me puse a explicar muchas cosas sobre el tema y estaba casi disertando como si no fuera mi tema, sino un tema cualquiera que no tuviera nada que ver conmigo. Y de pronto ella me dice: lo único que estás tratando de hacer es justificar la homosexualidad; y se para y se va a la cocina. Y lo dijo como queriendo decir: lo único que estás haciendo es tratar de justificarte. Y me cayó como un rayo. Y me sentí descubierta. Y supe que frente a mi hermana yo no puedo usar circunloquios ni eufemismos. Ella es directa en todo así que si algún día me desahuevo y se lo digo, tendrá que ser de esa forma: desahuevada y directa.
Con mi hermano menor fue diferente, con él me sacaron del clóset, aunque yo trataba siempre de decírselo, pero él me decía no digas locuras, hermana, o no bromees, o simplemente no me hacía caso cada vez que salía con mis típicas bromas sobre mi “rareza” o mis “extraños” gustos. Yo creo que mi hermano no puede aceptar que una hermana a la que admira y que es como su superhéroe personal por una serie de cosas, sea algo que él no entiende, así tenga muchas amiguitas lesbianas, porque las tiene, y yo las conozco y una de ellas una noche me vio en la discoteca. Se me acercó y yo no la reconocí, porque había dejado mi casa hace varios años y no sabía cómo habían crecido los niños del barrio. Me dice: tú eres la hermana de Augusto ¿no? La miro tratando de recordarla. Ajá, le digo. Me sonríe con una mirada pícara y añade: y estás aquí caleta nomás. Y yo no supe qué responderla y ella volvió a su grupo. Luego, cuando vuelvo a ver a mi hermano, le digo que me había cruzado con su amiga. Ah sí, me dice, sí me contó. ¿Y?, le pregunto. Nada, le dije que estabas haciendo tus investigaciones lingüísticas. Ah ya.
Con mi ex esposo fue raro. Según él se había enamorado de mí porque era extraña, rebelde y misteriosa. Cuando se lo dije pensó que era otra locura más, como volver a la universidad después de tanto tiempo o comprarme diez libros de Orlando de diferentes editoriales. Aún sigue sin creerme. Y aún sigue enamorado de mí (según él) y espera que retorne por el buen camino algún día.
Con mi hija (tiene 5 años) fue sencillo, le dije que ya no estaba con su papá, o sea, que no nos vería dándonos besitos ni nada por el estilo. Me preguntó el porqué. Le dije que el tiempo pasa y a veces las cosas ya no funcionan. Me preguntó si me iba a ir. Le dije que no, que me quedaba con ella. Me preguntó si me iba a casar con otro hombre. No, le dije, pero quizás con otra mujer. ¿Otra mujer? , me preguntó. Sí, le contesté. ¿Eso se puede? Si, mi amor, eso se puede. Yupiii, gritó de alegría, yo quiero casarme con Jossie.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me dio risa lo de tu hija, creo yo que a los niños es mas facil inculcarle las cosas como son, como es el amor verdadero porque no tienen la maldad que los adultos tienen. Yo estoy mas o menos afuera del closet, mi familia sabe (aunque mis padres siguen esperando que me case), en mi trabajo lo saben todos (jefes incluidos) con mis amigos del trabajo no tocamos mucho el tema solo cuando quieren que les confirme si tal o cual persona es gay o lesbiana jejeje o cuando discutimos de la diversidad sexual. Pero aun hay algunos amigos (universidad, ex trabajos, etc)con que no se porque aun no puedo decirles aunque creo que es obvio por mi forma de expresarme sobre diversos temas y porque siempre me ven con mi pareja que es de tendencia femenina aunque ellos piensan que es un pata mas jajaja, definitivamente con terceros es mas facil "salir del closet" no tiene uno que ver con ellos, no los veras luego.

Cada uno "sale del closet" a su manera a algunos les es mas facil a otros no tanto, lo importante es donde te sientes relamente feliz dentro o afuera definitivamente para mi es afuera.

Saludos y se feliz

Ronald

Anónimo dijo...

Hola Ronald, gracias por tu comentario, y en cierta forma lo tuyo también es un testimonio y estás contribuyendo a que más jóvenes como nosotr@s puedan ser felices ahora y mañana.

Anónimo dijo...

olas vero.. si ya habia leido en físico tu testimonio: realmente me encanta como manejas este tema con tu hija. es un buen ejemplo que muchas debería adoptar para cultivar una sociedad mas inclusiva y respetuosa. OSCAR

Anónimo dijo...

Hola Oscar, tienes razón, una sociedad inclusiva permitiría que los temas sobre diversidad sexual se toquen en los colegios y que los niños crezcan con otra mentalidad, una mente que acepta y reconoce los diversos tipos de amor, creo que es una tarea que nos toca hacer a nosotr@s.
Vero

♀ Nadya PR. dijo...

Hola Vero,
he leído muy atentamente tu relato. Creo que ya nos conocemos y la verdad, no pensé que habías pasados por un matrimonio y que tenías ua niña. Me alegra bastante la seguridad de tus palabras, y lo claro ke tienes las cosas, y sobre todo, que desde pequeña tu niña sepa reconocer que el amor es más fuerte que cualkier orientación o identidad sexual. Felicidades!

Anónimo dijo...

Hola, creo que si nos conocimos en una reunión hace poco. Gracias por leerme muy atentamente. La mayoría de personas no sabe por todo lo que he pasado jaja y sí, tengo una hija hermosa,que sabe que el amor es más importante que cualquier cosa y por eso su mamá anda por todos lados haciendo una y mil locuras, solo por amor.
Besos
Vero

Nano dijo...

Hola Vero:
Me gustó tu relato. Es cierto. Cada uno sale del clóset a su propio ritmo. A mí me costó varios años decírselo a mis padres, pero lo tomaron muy bien me aceptaron y eso me hace muy feliz.
Mucha suerte.
Nano

Anónimo dijo...

Hola Nano, qué bueno que te gustó. Yo siento que ya no me costaría tanto decírselo a mi familia. Me ha ayudado mucho el activismo y el compartir con mis pares. Qué bueno que seas feliz y que tu familia te acepte y te quiera tal como eres, esperemos que el presente sea así para todos nosotr@s también.
Vero